La leche humana ofrece al niño el alimento ideal y completo durante los primeros 6
meses de vida y sigue siendo la óptima fuente de lácteos durante los primeros dos años, al ser
complementada con otros alimentos. Cada leche tiene características propias que la
diferencian significativamente de otras leches de mamíferos y la hacen adecuada a la cría de la
especie.
Tras el alumbramiento, se distinguen tres tipos de leche hasta llegar a la leche final: el calostro, la leche de transición y la leche madura.
CALOSTRO
El calostro propiamente tal se produce durante los primeros 3 a 4 días después del
parto. Es un líquido amarillento y espeso de alta densidad y poco volumen. En los 3 primeros
días postparto el volumen producido es de 2 a 20 ml por mamada, siendo esto suficiente para
satisfacer las necesidades del recién nacido. La transferencia de leche menor de 100 ml el
primer día, aumenta significativamente entre las 36 y 48 horas postparto, y luego se nivela a
volúmenes de 500-750 ml/ 24 horas a los 5 días postparto.
El calostro tiene 2 g/100 ml de grasa, 4 g/100 ml de lactosa y 2 g/100 ml de proteína.
Produce 67 Kcal/100 ml. Contiene menos cantidades de lactosa, grasa y vitaminas
hidrosolubles que la leche madura, mientras que contiene mayor cantidad de proteínas,
vitaminas liposolubles (E, A, K), carotenos y algunos minerales como sodio y zinc. El
betacaroteno le confiere el color amarillento y el sodio un sabor ligeramente salado.
El calostro está ajustado a las necesidades específicas del recién nacido:
- facilita la eliminación del meconio
- facilita la reproducción del lactobacilo bífido en el lúmen intestinal del recién nacido
- los antioxidantes y las quinonas son necesarias para protegerlo del daño oxidativo y la
enfermedad hemorrágica.
las inmunoglobulinas cubren el revestimiento interior inmaduro del tracto digestivo,
previniendo la adherencia de bacterias, virus, parásitos y otros patógenos
- el escaso volumen permite al niño organizar progresivamente su tríptico funcional,
succión-deglución-respiración.
- los factores de crecimiento estimulan la maduración de los sistemas propios del niño
- los riñones inmaduros del neonato no pueden manejar grandes volúmenes de líquido;
tanto el volumen del calostro como su osmolaridad son adecuados a su madurez.
LECHE DE TRANSICIÓN
La leche de transición es la leche que se produce entre el 4º y el 15º día postparto.
Entre el 4º y el 6º día se produce un aumento brusco en la producción de leche (bajada de la
leche), la que sigue aumentando hasta alcanzar un volumen notable, aproximadamente 600 a
800 ml/día, entre los 8 a 15 días postparto.
Se ha constatado que hay una importante variación individual en el tiempo en que las
madres alcanzan el volumen estable de su producción de leche (Neville, 1989). Los cambios
de composición y volumen son muy significativos entre mujeres y dentro de una misma
mujer, durante los primeros 8 días, para luego estabilizarse. La leche de transición va variando
día a día hasta alcanzar las características de la leche madura
LECHE MADURA
La leche materna madura tiene una gran variedad de elementos, de los cuales sólo
algunos son conocidos. La variación de sus componentes se observa no sólo entre mujeres,
sino también en la misma madre, entre ambas mamas, entre lactadas, durante una misma
mamada y en las distintas etapas de la lactancia.
Estas variaciones no son aleatorias, sino funcionales, y cada vez está más claro que
están directamente relacionadas con las necesidades del niño. Durante la etapa del destete, la
leche involuciona y pasa por una etapa semejante al calostro al reducirse el vaciamiento.
Bonito trabajo sobre lactancia. A ver si es un presagio de lo que te depara el futuro. Suerte.
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